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Cada vez más investigaciones ponen de manifiesto el papel que juegan las bacterias que habitan en el intestino para el buen funcionamiento del sistema inmunitario y su ayuda para equilibrar el organismo y fortalecer la salud. El empleo de simbióticos va a contribuir a mantener una microbiota intestinal, o como se conoce coloquialmente flora intestinal, equilibrada.
El término simbiótico se refiere a un producto que contiene, de forma combinada, probióticos y prebióticos, los cuales pueden actuar en forma sinérgica para modular la microbiota intestinal del consumidor e impactar positivamente sobre su salud.
Uno de los objetivos básicos de los simbióticos es favorecer la actividad de los dos componentes que incluyen los simbióticos, probióticos y prebióticos, y potenciar sus propiedades saludables gracias al efecto sinérgico que existe entre ellos.
Las cepas probióticas, incluidas en los simbióticos, van a lograr ser más efectivas. La simple presencia de prebióticos, facilitan su colonización en el intestino acción imprescindible para que puedan cumplir con su función.
Para que un producto pueda considerarse como simbiótico, debe demostrar ejercer un efecto beneficioso superior a la suma de los generados por sus integrantes por separado.
El empleo de los simbióticos puede ejercer un beneficio en determinados trastornos como:
Para que un producto pueda ser considerado como simbiótico debería haber demostrado que induce un efecto beneficioso superior al que se obtiene con sus integrantes por separado, es decir, de los probióticos y de los prebióticos e incluso, se espera que el beneficio se acompañe de un aumento de determinados microrganismos beneficiosos que forman parte de la microbiota, revirtiendo la disbiosis presente en la microbiota.
Los simbióticos deben cumplir:
Los complementos alimenticios no están pensados como sustitutos de una alimentación variada y equilibrada ni de un estilo de vida saludable.
Lea detenidamente la información del producto y consulte con un profesional sanitario.